El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es conocido como resultante de una alteración del neurodesarrollo, caracterizado especialmente por la disfunción de dos ejes principales: la comunicación e interacción social, así como un patrón de intereses y actividades restringido y repetitivo. Reflejando dificultades en el funcionamiento de diversos aspectos del desarrollo infantil como el funcionamiento social, la conducta y el desarrollo cognoscitivo (American Psychiatric Association, 2013).
¿Cuál es la prevalencia de TEA en el mundo?
La primera estimación de la prevalencia fue en 1943 en Estados Unidos, donde se reportaban de 4-5 nacimientos con TEA de cada 10.000, en 2016 se demuestran que el número de niños identificados con TEA sigue en aumento, con base al monitoreo de diversas áreas se apunta que 1 de cada 54 niños se encuentran dentro del trastorno, de los cuales los niños tienen una probabilidad 4 veces mayor que las niñas. El 31% de los niños con TEA tienen una discapacidad intelectual (cociente intelectual [IQ] <70), el 25% se encuentra en el rango límite (IQ 71–85) y el 44% tiene puntajes de IQ en el rango promedio a arriba del promedio (es decir, CI> 85) (Autism Speaks, 2016).
De acuerdo con la OMS (2016) 1 de cada 160 niños en el mundo presenta TEA, sin embargo, la prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es desconocida.
De igual manera en 2016 se realizó un estudio en México, exactamente en León, Guanajuato realizado por científicos financiados por la organización Autism Speaks, donde se reportan 1 de cada 115 niños y por cada 4 niños una niña (André et al., 2019). Por tanto, en relación con los datos encontrados en la ciudad de León y tomando en cuenta que en el Estado de Hidalgo hay 789, 409 niños, se estima que existen alrededor de 6, 864 niñas y niños entre 0 y 14 años que presentan TEA.